El Sida espiritual de nuestro mundo

 

rana

¿Hay un Sida para las almas? Yo estoy convencido de ello. Me explicaré.
¿Por qué es tan fatal cuando un cuerpo humano se infecta de Sida? Porque, dicho con mucha simplificación, el virus del Sida (VIH) ataca un punto muy preciso de todo el sistema defensivo (el Sistema Inmunitario). Basta con que el VIH invada los linfocitos T-CD4 (cooperadores-inductores) para que todo el Sistema Inmunitario quede inútil. Los enfermos de Sida no tienen defensas ni siquiera contra bacterias poco agresivas. Por eso se infectan gravemente e incluso mueren por el ataque de bacterias, hongos o virus débiles que si no padecieran de ese síndrome de inmunodeficiencia adquirida, (Sida) lo vencerían fácilmente.
¿Cuál es el virus del espíritu que debilita la conciencia moral humana, hasta hacerla a veces inexistente? Ustedes pueden elegir otra, yo pienso que ese virus es el relativismo intelectual que al no aceptar que haya verdades universales, valederas para todo tiempo y lugar, entonces tampoco existe una moral universal, algo será bueno o malo solo según distintas opiniones y circunstancias. Así se van aceptando maldades evidentes, incluso monstruosidades morales con una débil reacción de indignación sin consecuencias prácticas o, peor, estando de acuerdo con ellas.
En tiempos pasados, cuando las conciencias humanas no estaban enfermas de “Sida”, los grandes delitos y crímenes producían una gran indignación con un rechazo universal y un severo castigo. Ahora no. Veamos el caso de Planned Parenthood.
Esta empresa fundada y mantenida por el millonario norteamericano David Rockefeller III, desde el comienzo se dedicó a frenar la natalidad. Primero fue con píldoras anticonceptivas (abortivas) y esterilizaciones para pasar enseguida a los abortos provocados. Eso era de conocimiento más o menos generalizado, pero ahora, en este año de 2015 se descubrió que, además de todo lo anterior, allí se dedicaban también a vender trozos de los niños abortados. Bien, hubo cierto escándalo y la reacción en contra solo consistió en que algunas empresas que cooperaban con ella haciéndoles donaciones en dinero, retiraron ahora esas donaciones.
En un mundo moralmente sano, la reacción habría sido cerrar esa empresa inmediatamente y abrirles un durísimo juicio penal a todos los miembros de esa monstruosidad inhumana. Porque eso es, en justicia, lo que se merecen.
Pero ya ven que no. Van a seguir vendiendo los productos de esa repugnante carnicería. Estamos, pues, ante un síndrome de inmunodeficiencia moral adquirida (Sima).
Mientras se dedican muchos esfuerzos y dinero en proteger la vida de las ballenas y de las tortugas, a los seres humanos en estado embrionario no solo no se les protege sino que se les mata y dan ocasión de un negocio muy lucrativo.
También se observa este Sima cuando en muchos países se enseña a niños, desde los siete años, a que comiencen a experimentar su sexualidad con sus compañeros de clase, sin discriminar cuál es su sexo. En vez de un clamor mundial de indignación, prohibiendo enseguida semejante aberración pedagógica, en vez de castigar a estos maestros corruptores de niños, se castiga a los padres que se oponen a ello, llegando en algunos casos a su encarcelamiento y a que paguen una fuerte multa.
Si no hay verdades ni mentiras firmes, si no hay leyes morales universales que exigen obediencia, si se vive como todo fundamento de conducta de los caprichos de una libertad individual, que es pura irresponsabilidad, entonces toda la sociedad se va deshaciendo y su cultura corrompida decae y, más tarde o más temprano, desaparece.*

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