OBAMA DEBERÍA VOLVER A LA ESCUELA

Me produce tristeza ver como todos los presidentes centroamericanos rinden “vasallaje y pleitesía” al  actual presidente de los Estados Unidos. Bien se ve que somos países de soberanía limitada. Porque Obama no es amigo de la América hispana y su categoría moral es deplorable. De nosotros, a Obama le interesa que combatamos el narcotráfico cuya oferta y tránsito existe solo por la demanda creada por los numerosos drogadictos norteamericanos.

En Europa, en Asia, en África y Australia, la visión que se tiene de Obama y de su gobierno imperial es muy diferente. Su decidida promoción del aborto legal, de los anticonceptivos que son abortivos, del grupo de presión LGBT y de su mal llamado matrimonio homosexual, su doblez en palabras que contradicen después sus acciones, todo ello tiene, en muchos medios informativos de esos continentes, duras y certeras críticas.

La actitud de Obama contra la Iglesia Católica, queriendo obligar a que sus instituciones sociales prestaran servicios de anticonceptivos y abortos médicos, originó un durísimo enfrentamiento que terminó en un retroceso de Obama a regañadientes. Aunque en la ceremonia de su juramento como presidente no faltaron los gestos y ritos cristianos, eso no engaña a nadie. Obama está de acuerdo con la mentalidad atea de la Cultura de la Muerte que el promueve decididamente. Si estuviera ya lista la religión atea globalizante que esa anticultura prepara desde hace tiempo, con gusto Obama se declararía fiel creyente y a lo mejor también lo juraría sobre la Biblia de Lincoln.

Admira con pena ver la pobreza de argumentos que Obama esgrime para defender  la convivencia estable de homosexuales como “matrimonio”. Lo fundamenta en ¡la igualdad! Sí, es urgente: Obama debe volver a la escuela para que alguien le enseñe que la justicia verdadera consiste “en dar a cada uno lo suyo” y que es tremendamente injusto tratar como iguales  lo que no es igual. Mejor sería que Obama fuera, de incógnito a Francia, que asistiera a una de las grandes manifestaciones que hubo y que van a seguir habiendo contra la ley de matrimonio homosexual promulgada por el gobierno socialista. Sería bueno que escuchara, por ejemplo, a Nathalie de Villiencourt, esa líder lesbiana que dice: Soy francesa, soy homosexual, la mayoría de los homosexuales no queremos ni el matrimonio ni la adopción de los niños, sobre todo porque no queremos ser tratados del mismo modo que los heterosexuales porque somos diferentes, no queremos igualdad, pero sí justicia (…) los niños tienen derecho a tener un padre y una madre, posiblemente biológicos, que posiblemente se amen. Un niño que nace del fruto del amor de su padre y de su madre tiene el derecho a saberlo. Si las parejas homosexuales adoptan niños que ya están privados de sus padres biológicos, entonces (los niños) estarían sin un padre y sin una madre por segunda vez.

También el argumento con el que Obama defiende el aborto es de una pobreza racional verdaderamente asombrosa: Se debe permitir a las mujeres tomar sus propias decisiones sobre su salud. Es un principio simple. ¡Y tan simple! Como que no dice nada en concreto. ¿No sería mejor decir  que las decisiones libres de las mujeres sobre su salud fueran acertadas, beneficiosas para ellas mismas y para la salud de sus hijos y para el bien de la sociedad? Solo le faltó decir otro argumento equivalente muy usado por las abortistas  “que las mujeres tienen derecho sobre su propio cuerpo”, lo cual es cierto, pero allí donde adquirimos un derecho, simultáneamente adquirimos un deber. Y la mujer que quedó embarazada tiene el deber de defender, proteger y hacer desarrollarse sanamente al hijo que lleva dentro de su cuerpo.

Para terminar de ser lamentable Obama atacó recientemente a los grupos pro-vida diciendo que se quedaron atrasados en 1950. Sobre esto, cómo lo dijo y dónde lo dijo, remito a un artículo aparecido en InfoCatólica y que publico íntegro en este blog mío. Ya es lamentable y paradójico que Obama lo dijera en la organización Paternidad Planificada cuya fundadora odiaba a los negros y admiraba a Hitler y cuya promoción e historial de abortos es claramente clasista, racista, imperialista y criminal.

Obama también debería recibir, en esa escuela donde es urgente que vuelva, clases de historia universal para que compruebe que los signos mas evidentes de que una cultura da comienzo a su fin es el aumento de la corrupción sexual. Ese abandono y desprecio de la moral universal son mucho mas antiguos que los movimiento pro-vida. El incremento del adulterio, la fornicación, la homosexualidad y los abortos, en el Imperio Romano, fueron factores muy decisivos en su progresiva decadencia hasta su desaparición física por completo.*