BENEDICTO XVI Lo que puede decirles a los hombres y mujeres que no tienen Fe.

Benedicto-XVIBenedicto XVI deja un amplísimo legado de doctrina luminosa sobre la fe y la doctrina católica, pero también en todos sus documentos se encuentra una decidida defensa de la razón, del sentido común y de verdades que pueden ser comprendidas por todo ser humano que no tiene fe cristiana pero  que busca o ama la verdad y mantiene una actitud de buena voluntad hacia los demás. Así, por ejemplo, está la reflexión que el Papa hace sobre la racionalidad de la fe en Dios, y la importancia para los cristianos de “dar razón de su esperanza”.(Ciudad del Vaticano, miércoles 21 noviembre 2012). De ella extraemos algunas frases:

 1.- La fe conduce a descubrir que el encuentro con Dios mejora, perfecciona y eleva lo que es verdadero, bueno y bello en el hombre. Es así que, mientras Dios se revela y se deja conocer, el hombre llega a saber quién es Dios y, conociéndolo, se descubre a sí mismo, su propio origen, su destino, la grandeza y la dignidad de la vida humana.

 2.- Desde el principio, la tradición católica ha rechazado el llamado fideísmo, que es la voluntad de creer en contra de la razón. Credo quia absurdum (creo porque es absurdo) no es una fórmula que interprete la fe católica. De hecho, Dios no es absurdo, cuanto más es misterio. El misterio, a su vez, no es irracional, sino sobreabundancia de sentido, de significado y de verdad.

 3. Es falso el prejuicio de algunos pensadores modernos, según los cuales la razón humana estaría bloqueada por los dogmas de la fe. Es todo lo contrario, como los grandes maestros de la tradición católica lo han demostrado.

 4.- San Agustín, cuando dice comprender para creer y creer para comprender, es como si estuviera contando su propia experiencia de vida. Intelecto y fe, de frente a la revelación divina no son extraños o antagonistas, sino son las dos condiciones para comprender el significado, para acoger el mensaje auténtico, acercándose al umbral del misterio. San Agustín, junto a muchos otros autores cristianos, es testigo de una fe que es ejercida con la razón, que piensa y nos invita a pensar.

5.- Será especialmente santo Tomás de Aquino –sólido en esta tradición–, quien hará frente a la razón de los filósofos, mostrando cuánta nueva y fecunda vitalidad racional deriva del pensamiento humano, en la introducción de los principios y de las verdades de la fe cristiana.

6.- La fe católica es, pues, razonable y brinda confianza también a la razón humana. El Concilio Vaticano I, en la Constitución dogmática Dei Filius, dijo que la razón es capaz de conocer con certeza la existencia de Dios por medio de la vía de la creación, mientras que solo corresponde a la fe la posibilidad de conocer «fácilmente, con absoluta certeza y sin error» (DS 3005) la verdad acerca de Dios, a la luz de la gracia.

7.- Juan Pablo II, en la encíclica Fides et ratio, resumió: La razón del hombre no queda anulada ni se envilece dando su asentimiento a los contenidos de la fe, que en todo caso se alcanzan mediante una opción libre y consciente» (n. 43)

8.- Sobre esta base que busca el nexo profundo entre entender y creer, también se funda la relación virtuosa entre la ciencia y la fe. La investigación científica conduce al conocimiento de la verdad siempre nueva sobre el hombre y sobre el cosmos.

9.- Es así como la fe, vivida realmente, no está en conflicto con la ciencia, más bien coopera con ella, ofreciendo criterios básicos que promuevan el bien de todos, pidiéndole que renuncie solo a aquellos intentos que, oponiéndose al plan original de Dios, puedan producir efectos que se vuelvan contra el hombre mismo.

10.- También por esto es razonable creer: si la ciencia es un aliado valioso de la fe para la comprensión del plan de Dios en el universo, la fe permite al progreso científico actuar siempre por el bien y la verdad del hombre, permaneciendo fiel a este mismo diseño.

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Conviene aclarar que para un hombre que no cree en Dios pero que tampoco tiene nada en contra de su existencia, mostrarle que la fe católica no es absurda no le va a dar la Fe, porque ésta no se consigue por razonamiento sino pidiéndola a Dios con humildad. Que la ciencia no es enemiga de la fe católica se ve por  experiencia ya que hay muchos científicos eminentes que han sido católicos (Gregorio Mendel, Louis Pasteur, Alexis Carrell, Georges Lemaître, etc.) y muchos otros que lo son actualmente.

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